¡A todo pulmón!

Y Dios el Señor formó al hombrea]”>[a] del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente. Génesis 2:7, NVI online.

¡Respira bien profundo! En tus años de estudio debes haber escuchado sobre las famosas “pruebas” del evolucionismo. Entre ellas, estaban los órganos vestigiales. Estos serían los órganos que perdieron la función, pues estamos “evolucionando”, y esos órganos de nuestros antepasados, no nos serían más útiles y por eso estarían desapareciendo con el paso del tiempo.

Pero cuanto más avanzan las investigaciones, más conocimiento poseemos y más complicado se les hace a los evolucionistas sostener sus afirmaciones. Ellos afirman que el pulmón posee ciertos vestigios de evolución. Sin embargo, la novedad es que el pulmón actúa de forma conjunta con el sistema inmunológico. Y algunas partes que eran consideradas “vestigiales” ahora resultan ser importantes para el sistema inmunológico.

Los investigadores lograron comprender, a través de estudios basados en ratones de laboratorio, que el pulmón puede producir células del sistema inmune, algo que era desconocido hasta el momento. Se cree que el pulmón humano actúa de la misma forma, produciendo plaquetas (células responsables de contener las hemorragias) y reparando tejidos, así como una nueva fuente glóbulos rojos (encargados de transportar el oxígeno), capaces de reponer la producción en el cuerpo.

“Estas observaciones cambian los paradigmas existentes sobre la formación de células sanguíneas, la biología del pulmón, enfermedades y trasplantes”, afirmó el neumólogo Guy A. Zimmerman, profesor del departamento de Medicina Interna en la facultad de Medicina de la Universidad de Utah.

En la medida que vemos esta interacción de los órganos, podemos y debemos cuestionar la formación evolutiva de cada estructura en el cuerpo humano. Si están integrados, ¿quién vino primero? O la estructura viene lista, o no evoluciona. ¡Así de simple!

Cuando ocurren cambios en el cuerpo y en la sangre, estos sistemas (pulmonar y sanguíneo) entran en acción. Y el pulmón puede ayudar en el momento oportuno. Estas estructuras no se fueron adaptando a lo largo del tiempo, tuvieron que estar listas y ajustadas, de lo contrario, el individuo moriría.

Ahora, piensa un poco: ¿Cuántos otros mecanismos existen en nuestro cuerpo que no sabemos todavía? ¿Será que simplemente evolucionaron dando origen a otros mecanismos de manera lenta y gradual? ¿Casualidad o diseño? ¿Evolucionismo o creacionismo?

Este descubrimiento demuestra que no es suficiente con los argumentos del evolucionismo; pues los hechos golpean a la puerta. Tenemos órganos totalmente diferenciados, pero trabajando juntos a nivel molecular. ¿Será este descubrimiento un clavo más en el ataúd de la evolución? Creo que hay diseño en nuestro universo y en nuestro planeta. Nuestro Creador nos hizo y pronto vendrá a buscarnos. ¡Créeme, ya falta poco para eso!