El agua y sus estados

“En el principio creó Dios los cielos y la tierra… y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Génesis 1:1, 2.

Molécula de agua

El agua, es una sustancia conformada por hidrógeno y oxígeno, constituyéndose desde la creación misma en el componente más abundante en la superficie terrestre.

Históricamente, hasta el siglo XVIII (1700), se pensaba que el agua era un elemento, hasta que los científicos Cavendish y, más tarde, Lavoisier -al interpretar los resultados de los experimentos de Cavendish, quien aparentemente no los había comprendido del todo- descubrieron que el agua era un compuesto, formado por 2 partes de hidrógeno y una parte de oxígeno. Así se llegó a la conocida fórmula: H2O.

El agua es la única sustancia que existe naturalmente en los tres estados de la materia: líquido, sólido y gaseoso, a temperatura ordinaria. A una presión atmosférica de 760 mm de mercurio, el punto de fusión del agua pura es 0°C y el punto de ebullición es de 100°C. Cristaliza en forma hexagonal, y al solidificar, su densidad disminuye (por eso el hielo flota en el agua). Su densidad máxima se produce a los 4°C, de 1g/CC. Físicamente, es un líquido insípido e inodoro. Así la encontramos en su estado líquido: en precipitaciones (lluvia), ríos, lagos, mares, océanos; en su estado sólido: el hielo de los polos y de los glaciares, la nieve, el granizo, la escarcha, y en su estado gaseoso: en las nubes, la niebla, la neblina, y otras variantes.

Cuando Cristo dijo: “Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4:13 y 14) nos señaló la importancia de ingerir agua pura para no deshidratarnos; pero también nos animó a buscar el agua espiritual, representada por sus palabras y su ejemplo.

Gracias a sus propiedades químicas el agua es un catalizador universal y casi la totalidad de los procesos químicos en la naturaleza, tanto en los seres vivos como en la superficie terrestre, se producen con la presencia del agua. Al no ser ni ácida ni básica, al combinarse con sales conforma los hidratos. Por ejemplo, los hidratos de carbono proveen energía a los organismos vivos. También reacciona con los óxidos metálicos, formando los ácidos, y catalizando las reacciones químicas.

Sin el agua, la vida no podría mantenerse por mucho tiempo, y sin el agua viva que nos provee el Señor, no podríamos tener vida eterna, como dice Juan 7:38: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”.

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