El radón, y su implicancia en el ambiente – I
Hay un enemigo muy silencioso, que afecta la salud de los seres vivos, en especial de las personas que se encuentra en la naturaleza. Su forma es de gas, incoloro, inodoro, e insípido, de alta toxicidad y un nivel elevado de radiactividad. Este gas se llama radón.
¿Qué es el radón?
El radón se encuentra en la naturaleza, al no tener olor, color y sabor, suele pasar desapercibido a las personas en general, salvo por las consecuencias de su presencia a largo plazo. Éste se genera mediante la desintegración del uranio, que conforma los suelos y rocas, incluso en las fuentes naturales de agua.
¿Qué características posee?
Como es un gas, es altamente volátil, es decir, se esparce fácilmente del suelo al aire, por medio de ínfimas partículas radiactivas.
El radón es la segunda causa más importante de cáncer de pulmón después del tabaco. Los casos de cáncer de pulmón provocados por el radón varían entre un 3% y un 14%, en función de la concentración media de radón en el mundo.
En lugares cerrados, se concentra en el ambiente, provocando complicaciones para la salud, primeramente humana, pero también con consecuencias perniciosas para la salud de todos los seres vivos. En lugares como minas, cuevas, socavones, plantas de tratamiento de aguas, viviendas.
Según la OMS, hay estudios realizados que confirman que aún en concentraciones bajas, el radón presenta grandes riesgos para la salud y contribuye a la aparición de cáncer de pulmón.
La palabra de Dios nos dice, en Romanos 8:22 “Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora”. Esto nos habla de los efectos que provoca el mal en el ambiente. La radiación, la toxicidad, la enfermedad, son consecuencias del pecado.
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