¿Es el sol amarillo?

“Y será como la luz de la mañana, cuando sale el sol, de la mañana sin nubes, cuando por su resplandor y por la lluvia la hierba brota de la tierra”. 2 Samuel 23: 4

Lo más probable es que hayas pintado el sol algunas vez. Y lo más seguro es que los has pintado de color amarillo ¿no? Pero tu sabía que en realidad su ¡luz es blanca!
Para que usted entienda lo que está pasando, vamos a visitar a una persona llamada Isaac Newton. Él nació en Inglaterra en 1643 y murió en 1727, y él también tenía mucha curiosidad sobre los colores. Tanta que estudió por mucho tiempo la luz del sol y los colores del arco iris.
Así, él creó una experiencia para mostrar que el color blanco posee, dentro de ella, todos los colores del arco iris. Esta experiencia se conoció como Disco de Newton.

La Luz blanca es el resultado de la suma de los siete colores del arco iris, el rojo, el naranjo, el amarillo, el verde, el añil, el azul y el violeta.
¡Fantástico no!
Cuando vemos ese espectáculo, no nos percibimos que el Sol tiene colores diferentes a lo largo del día, pues nuestra atmósfera actúa como si fuera un filtro, separando los rayos que el Sol manda a nuestro planeta.

Aprendamos más…

Nuestra atmósfera (capa de aire que envuelve la Tierra), no se hace sólo de gases como el oxígeno y el nitrógeno. También está hecha de polvo, gotitas de agua e incluso contaminación. Así, cuando el Sol está muy alto, las partículas que forman los colores violeta, azul y añil acaban golpeando en ellas y se separan de las demás, mientras que las otras partículas logran desviarse. Esta separación hace que el cielo se vuelva azul y el sol amarillo, que es la suma de los colores que sobraron.

Imagen extraída del blog de Emilio Silvera

Cuando el sol nace o se va, sus rayos necesitan atravesar una capa más gruesa de nuestra atmósfera, con más suciedad, gotitas de agua y contaminación, haciendo que más partículas “golpeen” en ellas y así, “enrojeciendo” el sol y el sol nuestro horizonte, dejando el resto azul.
Esta es una analogía (comparación) para la persona de la Trinidad. ¡Eso mismo! Dios Padre, Hijo y Espíritu son individuales y al mismo tiempo, ¡UNO SOLO!
¡Increíble ¿ no?! Cuando miramos a Dios, conversamos con él, estamos automáticamente, conversando con Jesús y con el Santo Espíritu. ¿Es sabido que Dios, en la forma de Jesús, murió por nosotros, pagando el precio del pecado en nuestro lugar?
Como es bueno saber que por nosotros mismos nunca podríamos estar en el cielo y poder conversar con Dios Padre. Pero por la vida del Dios hijo, y por la fuerza del Dios Espíritu Santo; tres en uno, podemos estar allí.
¡Y entonces! ¿Vamos a dedicar nuestra vida a esa tarea, a contar esa buena nueva a todos a quienes tenemos contacto?