Los dinosaurios

Los dinosaurios

Aunque el relato bíblico de los orígenes no menciona específicamente a los dinosaurios, sí aclara que todos los animales se alimentaban de la hierba, es decir, eran vegetarianos. La alimentación del ser humano eran las plantas que tienen semillas y los árboles que dan frutos con semillas (leer Génesis 1:29-30 online). Pero eso fue antes de la entrada del pecado.

Algunos científicos señalan que los dinosaurios no estuvieron en contacto con el hombre. Sin embargo, desde la perspectiva creacionista, entendemos que Dios permitió el surgimiento de los dinosaurios después de la entrada del pecado y antes del diluvio universal. Por lo tanto, los seres humanos que vivieron antes del diluvio (antediluvianos) tuvieron que lidiar con estos animales singulares de los cuales solamente quedan sus fósiles.

Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.  (Génesis 1:24-25 online).

Los dinosaurios tenían distintos tamaños: algunos eran tan pequeños como una gallina y otros eran enormes monstruos. Se cree que los dinosaurios más grandes eran vegetarianos; es decir, conservaban la dieta que Dios indicó desde el principio para todos los seres vivientes. También se supone que algunos dinosaurios se alimentaban de otros animales. Los más grandes medían unos 30 metros de largo, como el ultrasaurus, que llegaba a pesar cerca de 130 toneladas. El tiranosaurio rex, que significa “el rey lagarto tirano”, aunque no fue el carnívoro más grande, quizás es el más famoso de los dinosaurios, con casi 12 metros de largo, y casi 6 toneladas y media.

Ahora ¿qué ocurrió con estas bestias? Para responder, tendremos que volver al relato bíblico. En Génesis 6:7 leemos:

“Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho”.

Por causa de la maldad del ser humano, Dios tomó una decisión drástica para el mundo antediluviano. La gente continuamente pensaba en cómo hacer alguna maldad. Muchos se olvidaron por completo de Dios, otros se rebelaron abiertamente contra él, y comenzaron a experimentar cruzas entre distintas especies de animales. Así lograron criaturas que se mostraban monstruosas y agresivas, con una gran capacidad para arruinar todo lo bello que Dios había creado en el principio. Por lo tanto, la única solución era inundar el planeta con agua. Se cree que el diluvio universal hizo desaparecer a los dinosaurios para siempre.

“Todas las especies de animales que Dios había creado fueron preservadas en el arca. Las especies confusas que Dios no creó, que fueron el resultado de la amalgamación, fueron destruidas por el diluvio”. Dones espirituales, t. 3, p. 75. Ver cita original en inglés.