Ciclo de la materia y flujo de la energía

Así dice Dios, el Señor, el que creó y desplegó los cielos; el que expandió la tierra y todo lo que ella produce; el que da aliento al pueblo que la habita, y vida a los que en ella se mueven. Isaías 42:5, versión NVI online.

En la obra creadora de Dios nada tendría sentido si no existieran la materia y la energía. Piensa en los animales, las plantas, las algas, los microorganismos, los hongos… Todos poseen características que los diferencian, pero todos comparten la energía vital y todos son materia orgánica. Además, existe la materia inorgánica. Entonces, tenemos:

  • Materia inorgánica o mineral. Presente en el agua y las sales minerales.

  • Materia orgánica. Conforma la estructura orgánica de los seres vivos, por medio de azúcares, grasas y proteínas.

Las plantas y las algas se encargan de transformar la materia inorgánica en materia orgánica, mediante el proceso de la fotosíntesis. Ellas utilizan la energía lumínica del sol, el agua y las sales.

Cuando las abejas liban el néctar de las flores, las arañas ingieren los insectos que atrapan con su tela, las ovejas se nutren de la hierba tierna, o algún ser humano come una manzana, sucede esencialmente lo mismo entre la energía y la materia. Todos somos consumidores de la energía que nos proveen los alimentos.

Pero, ¿qué ocurre con la energía al pasar por diferentes individuos y especies?

  • Los diferentes organismos interactúan y pasan la energía entre sí. Por ejemplo, la energía ingresa al ecosistema por medio de la alimentación.

  • La energía disminuye en forma constante. Por ejemplo, se pierde en forma de calor y respiración.

  • En el intercambio de energía entre especies se pierde el 90% y solo el 10% se aprovecha.

  • El flujo de energía se refiere a la cantidad de energía que ingresa o sale del sistema por medio de diversos niveles tróficos.

  • Todo organismo forma parte de una cadena trófica. Por ejemplo:

    • Autótrofos. Producen su propio alimento; por ejemplo, las plantas y algas.
    • Herbívoros. Se alimentan de plantas; por ejemplo, la oveja, el caballo, etc.
    • Carnívoros. Se alimentan de carne; por ejemplo, los consumidores secundarios o superiores, la hiena, el puma.
    • Omnívoros. Comen todo tipo de alimentos; por ejemplo, el ser humano.
    • Descomponedores. Descomponen la materia orgánica en inorgánica.

Los nutrientes circulan por el sistema impulsados por la acción de la fotosíntesis y vuelven a reciclarse gracias a la acción de los descomponedores. De esta manera, la materia pasa de inorgánica a orgánica, y nuevamente a inorgánica, conformándose el ciclo de la materia y demostrando el poder creador de un Dios de organización y cuidado.