Reproducción sexual: El misterio de la vida

Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre”,No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas” (Salmos 1395:13,15-16).

El misterio de la vida es tan insondable, sorprendente, pero a la vez de una meticulosidad, que de solo pensar en cómo se produce la reproducción sexual, tanto en el ser humano, como en animales, en vegetales y hongos, nos deja perplejos. De la misma manera el salmista estaba impactado por cómo se desarrolla la vida en el vientre materno.

Es por ello, que trataremos  acerca de la reproducción sexual, develando el diseño y las estructuras que permiten la continuidad de la vida.

 

Reproducción sexual:

Se define como la manera en que se desarrollan nuevos seres de una misma especie, mediante la intervención  de los gametos o  células sexuales,  que se forman en órganos especiales denominados gónadas, de distintos sexos: masculino y  femenino y que al llegar a la cópula, se unen entre sí, produciéndose la fecundación, al formarse el huevo o cigoto. Comenzándose a dividir en dos células, después en cuatro, en ocho, y así sucesivamente, pasando de huevo, a mórula, hasta la conformación completa del embrión.

El proceso clave de la reproducción sexual es la meiosis,  que conduce a una célula normal con un número determinado de cromosomas (diploide) a otras con la mitad de los mismos (haploide). Mediante un proceso llamado recombinación genética, el material genético contenido en el ADN, se une de forma semejante, llevando la mitad de cromosomas de cada célula original, de cada progenitor,  y se combinan de tal manera que se intercambian  la información  de cada uno de ellos y se dejan contenidas en los genes que llevan los cromosomas en el núcleo. La reproducción sexual produce hijos que se asemejan a sus padres, pero no son idénticos a ellos.

Como somos hechura de Dios, somos una creación única e irrepetible, que nos dice: “Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios”. (Isaías 66:9).

Aprende sobre la reproducción humana: