¿Seremos invadidos por extraterrestres?

“Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”. Juan 14: 6

Seguramente habrás visto películas donde seres extraterrestres invaden la Tierra.

La ciencia nos indica que el Universo es enormemente grande. Por eso es válido preguntarse, ¿estamos solos en él?

La vida es un fenómeno raro, especialmente para los científicos evolucionistas. Para ellos no es fácil aceptar que pueda existir vida extraterrestre, pues como la mayoría cree que la vida surgió por azar, se requeriría de muchos, muchísimos elementos combinados perfectamente para que pueda “surgir”. Y también muchísimo tiempo. Millones y millones de años.

Como el origen de la vida es tan complicado para los evolucionistas, muchos científicos prefieren no hablar de eso. Algunos creen que las moléculas que forman los seres vivos pueden haber surgido por casualidad; es decir, se unieron sin querer y de ahí surgió la primera estructura de lo que serían los seres vivos.

En 1996, el científico Michael Behe ​​concluyó una importante investigación. Se propuso buscar explicaciones bioquímicas para el origen de la vida. Buscó en todos los periódicos, revistas y artículos de científicos evolucionistas para saber si alguien había propuesto una fórmula química para la vida. ¿Y sabes qué encontró? ¡NADA!

Es que no hay una explicación científica para el surgimiento de la vida. Behe llegó a la conclusión de que tiene que haber un Originador para la vida. Porque la vida es tan compleja que las probabilidades de que surgiera por casualidad serían muy, pero muy muy bajas.

Pero los científicos que no aceptan que la vida tuvo un Originador o Creador, deben buscar otra explicación para su origen. Algunos científicos creen que la vida evolucionó, molécula a molécula, y otros pocos científicos aceptan que la vida proviene del Creador Jehová, el Dios de la Biblia.

Sin embargo, la mayoría de los científicos evolucionistas no quiere aceptar un origen sobrenatural para la vida, aunque las evidencias lo demuestren. Por eso animan a las agencias americanas, europeas y del resto del mundo a financiar proyectos de investigación para detectar vida extraterrestre. Si lo hicieran, argumentarían que el origen de la vida en la Tierra pudo provenir de algún otro rincón del universo. Pero, ¿sabes qué? Aún si descubrieran vida extraterrestre, eso no respondería la pregunta de los orígenes. Por eso, todo el dinero invertido en estos proyectos parece ser un verdadero desperdicio. Y hasta ahora, ninguna expedición aeroespacial ha encontrado señales de vida extraterrestre.

En 1984, un equipo del proyecto ANSMET (Antartic Search for Meteorites, es decir, Búsqueda de meteoritos en la Antártida), encontró el meteorito ALH84001. Su descubrimiento provocó gran entusiasmo, pues en 1993 se logró identificar su procedencia: nuestro vecino planeta Marte. En 1996 otro equipo dijo haber encontrado fuertes evidencias de vida bacteriana en ALH84001. La comunidad científica evolucionista se alegró porque finalmente podían tener una prueba de que la vida podría haber surgido en cualquier planeta. Pero lo que parecía ser una forma bacteriana resultó ser simplemente polvo.

La vida es más que bioquímica

Dejando de lado el plano científico, la vida es un regalo muy precioso de Jesús. La Biblia afirma que él mismo estaba presente en la Creación. En ese sentido, el origen de la vida en esta Tierra es extraterrestre, pues el Creador se hizo presente aquí en persona para llevar a cabo su obra maestra. Y más tarde, por amor a los seres que había creado, Jesús se hizo presente otra vez y nos enseñó el camino para que podamos alcanzar la vida eterna que nos ofreció desde el principio. Esa es la única intervención extraterrestre que admite la Biblia, junto con la de los seres celestiales creados por Dios, a los que llama ángeles. La mayor intervención extraterrestre no será como las películas de ciencia ficción imaginan. La Biblia dice que Jesús vendrá muy pronto a la Tierra por segunda vez para poner las cosas en orden. Él resucitará y dará vida eterna a quienes murieron creyendo en Dios, porque la vida no es un misterio para nuestro Creador.

La vida que tenemos no nos pertenece. ¿Por qué nos cuesta aceptar que todo ser vivo es único, precioso e irrepetible? La Biblia dice que, en los últimos días, el amor de las personas se enfriaría a causa de la maldad que nos rodea. ¿Qué podemos hacer?

Debemos respetar a todos los seres vivos. Debemos dedicarnos a salvar vidas, no a destruirlas. Debemos brindar ayuda a quienes sufren por una vida mejor. En fin, debemos ayudar como Jesús nos demostró. Podemos hacer algo cada día. Desde evitar el desperdicio y el derroche de los recursos hasta saludar con cortesía a las personas, sin importar su color de piel, sus creencias o sus bienes materiales. Cada vez que tratas bien a alguien, disminuyes el odio y el prejuicio en el mundo y esparces el amor y el respeto que todos tenemos que tener por la la vida.

Comienza de a poco, no necesitas ser extraterrestre para ser mejor. Colabora en tu hogar y en la escuela, ese ya es un primer paso hacia el valor y la acción. ¿Vamos a hacer la diferencia?