Prohibido colocar árboles cerca del Altar

Prohibido colocar árboles cerca del Altar

Imagina un cartel con la leyenda del título colocado al frente de tu iglesia, junto con otros que digan prohibido estacionar, pare, etc. ¿Cómo reaccionarías? ¿Creerías que el cartel está equivocado? ¿Fuera de lugar? Pues ese es justamente el aviso que Dios le mandó a Moisés que escriba para que el pueblo hebreo lea. Lo puedes encontrar en Deuteronomio 16:21, que algunas Biblias traen como una prohibición de plantar árboles, mientras que otras lo traducen como la prohibición de fijar un poste. Sea como sea, el pedido continúa siendo extraño.

Pero no te asustes, Dios sabe lo que hace y debemos seguir sus pedidos aunque no tengan mucho sentido para nosotros, por lo menos en un primer momento. Tanto los árboles como los postes serían peligrosos cerca del altar de Dios. En el caso de los árboles, primero, había en Canaán una costumbre de plantar muchos árboles cerca de los templos paganos, especialmente del lado de afuera, junto al altar de los sacrificios. La sombra era muy agradable y hacía que las personas fuesen allí más para hacer un picnic que para adorar a Dios. Con el tiempo, esos árboles se transformaron en un lugar de diversiones donde acontecía de todo: bailes, fiestas que incluían borracheras y sexo pervertido. Los dioses paganos, es claro, no parecía que estuvieran demasiado preocupados con todo eso, pues hasta sus sacerdotes y sus sacerdotisas participaban de este tipo de actividades. Y, como eran dioses falsos, no podrían ofenderse de ninguna manera, pues no pasaban de estatuas de piedra, sin vida, sin sentimientos para expresar alguna opinión.

Algunas veces, determinados árboles eran sustituidos por postes –ídolos con imágenes de dioses paganos. Lo que el Dios verdadero quería evitar era que Israel imitara las costumbres de los cananeos y terminara, también, faltándole el respeto a su lugar y a su momento de culto y adoración; por eso prohibió que se planten árboles o que se fijen postes cerca del altar donde se ofrecían los sacrificios.

Aunque vivimos en un contexto histórico bien diferente de aquel (pues los postes de hoy solamente sirven para pasar los cables de la red eléctrica y telefónica), debemos aprender algo de las enseñanzas del pasado.

 

La vendia de Jesús

También debemos, a toda costa, no dejar cerca del altar de Dios – que es nuestro cuerpo– cosas que puedan contaminarlo o llevarlo lejos de Dios. Así como los altares debían estar lejos de los postes y árboles, nuestro cuerpo debe estar lejos de las drogas, las bebidas alcohólicas y otras cosas que ciertamente lastimarían a nuestro Dios y nos impedirían, en el futuro, tener un lindo “picnic” en el Cielo con Jesús y con los ángeles de luz.

Por: Rodrigo Silva
Profesor especialista en arqueología bíblica