El GPS de las hormigas

El Global Positioning System, más conocido por su sigla GPS, ayuda a las personas para que no se pierdan. Mientras transita por las calles de una ciudad, el conductor es orientado por una voz para que siga adelante, gire a la izquierda o a la derecha, etc. Es sin dudas ¡un gran invento! ¿Has pensado alguna vez en cómo ciertos animales consiguen orientarse perfectamente, aunque no tengan un GPS? Pero, ¿será que realmente no tienen uno?

Los investigadores descubrieron que ciertas hormigas tienen minúsculos imanes en las antenas, y eso puede explicar la razón por la que esos pequeños insectos parecen saber siempre para dónde están yendo. Los imanes pueden formar parte de un avanzado sistema de GPS.

El GPS creado por el ser humano consume energía y recibe informaciones de satélites. El GPS de las hormigas no pesa casi nada, requiere poquísima energía para funcionar y no causa ningún tipo de daño al medio ambiente. La investigadora Jandira Ferreira de Oliveira, de la Universidad Técnica de Múnich y del Centro brasileño de investigación física, explica que esas hormigas incorporan minerales del suelo así que deben tocarlos. El equipo de la investigadora encontró en la antena de los insectos granos ultrafinos de cristales magnéticos. Esas partículas funcionan como un tipo de “aguja del compás biológico” que guía su GPS. Según la investigadora, nuestro planeta es magnetizado y las hormigas perciben ese magnetismo gracias al sensor en las antenas; después, ellas traducen esa información y la envían al cerebro.

Aprovechando el consejo del sabio Salomón con respecto a las hormigas (Proverbios 6:6), podemos aprender también que es necesario estar conectados con un sistema de GPS para que no nos perdamos por el camino. Nuestro mayor “GPS”es el mismo Creador de las pequeñas y maravillosas hormigas.