Intencionalidad en la creación

¿Has oído hablar de órganos vestigiales? Los evolucionistas buscan justificar su teoría diciendo que los órganos vestigiales conectan una especie con la especie que la precedió y de la cual evolucionó. Es decir, son características físicas que quedaron sin uso, como un recuerdo o prueba de la evolución. Son órganos que se supone totalmente desarrollados en un pasado distante, lo que garantizaría la ancestralidad común. Por ejemplo, un caso tradicional en el ser humano, sería el apéndice.

El primero en llamar al apéndice un órgano vestigial fue Charles Darwin. Él postuló que el apéndice habría surgido durante la transición de seres que serían comedores de hojas para pasar a comer frutas. Su explicación fue que nuestros antepasados necesitaban órganos propios para la digestión de hojas, y por eso ese ciego necesitaba ser grande para la digestión de hojas. Con el paso del tiempo, es decir, con la evolución, esos seres no necesitarían más de un órgano tan grande, y por eso fue atrofiándose cada vez más hasta llegar al tamaño y forma actuales en el ser humano. Ya que por el apéndice no pasa ningún nutriente, no cumple absolutamente ninguna función.

El apéndice no tiene ninguna función digestiva. Tiene cantidades significativas de tejido linfoide (GALT), vinculadas al reconocimiento de antígenos extraños al material ingerido. Pero si observamos bien todo el sistema digestivo vamos a percibir que, como el apéndice, el GALT aparece en otras áreas del sistema gastrointestinal.

En nuestros días, la función del apéndice fue rescatada. Es importante en los primeros años de vida y va a retroceder con el tiempo, siendo útil en la ayuda al sistema inmunológico, protegiendo contra innumerables infecciones, incluso una infección recurrente como es el caso de Clostridium difficile.

La desesperación por encontrar pruebas evolutivas, especialmente de macroevolución, ha llevado a muchos científicos y médicos a quitar el apéndice de niños sanos. El resultado es un aumento en la propensión a las infecciones algo que en ese momento no se podría prever.

Cuando se adopta un modelo como el evolucionismo, donde las evidencias no combinan con el modelo, se pueden cometer muchos errores que generan un gran arrepentimiento. Cada día, la ciencia comprometida con la verdad encuentra más y más evidencias que muestran cuán equivocados estaban sus proponentes.

Es necesario buscar la verdad y no torcerla para encajarla en su forma de ver y entender el mundo. La naturaleza deja claro que existe un proyectista y nada ocurre por casualidad. Hay un plan en la naturaleza, una ingeniería que desafía la idea humana de que podría haber evolución.

Cuanto más estudiamos y analizamos los mecanismos de la naturaleza, más evidencias de diseño encontramos. Basta reconocer que Dios es el diseñador, y fue él mismo quien nos mandó a ir a la naturaleza y encontrarlo en los detalles de la construcción del cosmos.

Pero interroga a los animales, y ellos te darán una lección; pregunta a las aves del cielo, y ellas te lo contarán; habla con la tierra, y ella te enseñará; con los peces del mar, y te lo harán saber. ¿Quién de todos ellos no sabe que la mano del Señor ha hecho todo esto? En sus manos está la vida de todo ser vivo, y el hálito que anima a todo ser humano. Job 12:7-10, versión NVI online.

Smith H.F, Parker W, Kotzé S.H, Laurin M. La mayoría de las apariciones de la cecal apéndice en la mamografía progresiva y la investigación de la relación ecológica y los factores anatómicos. Compuestos Rendus Palevol. 2013; 12(6):339-354. Ver artículo “Função do apêndice é finalmente descoberta por estudo dos EUA”, en curiosamente.diariodepernambuco.com.br