La Hora del Planeta

Una hora hace la diferencia

La Hora del Planeta (en inglés Earth Hour) es una actividad mundial impulsada y concebida por el World Wide Fund for Nature (WWF) y la agencia publicitaria Leo Burnett, que se celebra el último sábado de marzo de cada año y consiste en un apagón eléctrico voluntario, en el que se pide a hogares y empresas que apaguen las luces y otros aparatos eléctricos no indispensables durante una hora. Con esta acción simbólica, se pretende concienciar a la sociedad sobre la necesidad de adoptar medidas frente al cambio climático antropogénico (es decir, ocasionado por las acciones u omisiones humanas) y las emisiones contaminantes, así como ahorrar energía y aminorar la contaminación lumínica.

La primera Hora se celebró en Sídney el 31 de marzo de 2007, entre las 19:30 y las 20:30 horas. El ahorro de energía en la ciudad durante ese tiempo se estimó entre el 2,1 % y el 10,2 %, mientras que la participación de los habitantes se calculó en 2,2 millones. Inspirada en el proyecto australiano, la ciudad de San Francisco, en California, EE. UU, decidió lanzar su propio proyecto, llamado Lights Out (Apaga las Luces).

Siguiendo el ejemplo de Sídney y San Francisco, los organizadores decidieron programar la hora del planeta para el 28 de marzo de 2008, de las 20:00 a las 21:00 horas, participaron en este apagón voluntario 35 países y 400 ciudades alrededor del mundo, muchas otras ciudades en Canadá y otros países adoptaron el evento el sábado 29 de marzo de 2008, de 19:30 a 20:30 horas. Para el año 2010 la Hora del Planeta se celebró el 27 de marzo de 20:30 a 21:30 horas, hora local en cada país. En 2011, la Hora del Planeta se llevó a cabo en 5.251 ciudades, en 135 países y territorios de todos los continentes.

El sábado 19 de marzo de 2016 la Hora del Planeta alcanzó a celebrarse en 178 países y territorios a través de todos los continentes y hasta en la Estación Espacial Internacional. Se proclamó un recordatorio visual para renovar la determinación de enfrentar el mayor desafío ecológico. Gracias a las redes sociales que comunican a las personas alrededor del mundo, la Hora del Planeta pudo avanzar en acciones concretas que permitieron a millones de personas observar un cielo cuajado de estrellas a simple vista como nunca antes lo habían visto, gracias al apagón de luces artificiales. La gente se está animando cada vez más a apoyar este tipo de iniciativas mediante su influencia en las redes sociales como Facebook y Twitter.

El apóstol Juan escribió:

En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla. Vino un hombre llamado Juan. Dios lo envió como testigo para dar testimonio de la luz, a fin de que por medio de él todos creyeran. Juan no era la luz, sino que vino para dar testimonio de la luz. Esa luz verdadera, la que alumbra a todo ser humano, venía a este mundo. El que era la luz ya estaba en el mundo, y el mundo fue creado por medio de él, pero el mundo no lo reconoció. Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron.

El próximo sábado, si decides apagar las luces artificiales para sumarte a la Hora del Planeta, pregúntate qué estás haciendo para alumbrar a quienes te rodean.