En Física podemos representar el espacio mediante coordenadas, que son líneas imaginarias que determinan un punto en el espacio. Cuando hablamos de un espacio plano, podemos determinar cualquier punto en el plano mediante dos magnitudes (medidas, dimensiones, referencias) perpendiculares, que llamamos x e y. En el caso de un espacio tridimensional sumamos una tercera magnitud: largo, ancho y altura, es decir, x, y, z.

En el caso del espacio de Minkowsky (R4), se agrega una cuarta perpendicular (x, y, z, t). Es difícil imaginar un espacio de 4 dimensiones. Por eso, para entenderlo mejor, reducimos la representación como en la ilustración. La cuarta dimensión es una coordenada perpendicular al espacio tridimensional, así como la tercera dimensión es la perpendicular al espacio plano. Si imaginamos la tridimensión como un plano, la cuarta dimensión sería su perpendicular.

Según Einstein, el plano es un continuo en dos direcciones o ejes imaginarios x e y. Siguiendo este razonamiento, el espacio tridimensional también es un continuo de tres dimensiones (x, y, z). El espacio en que vivimos es un continuo cuatridimensional x, y, z, t. Podemos intentar dar una explicación de los fenómenos que observamos gracias a la que la física planteó un espacio tetradimensional, de cuatro dimensiones ortogonales espaciales. Sin él, la observación  se torna absurda, inexplicable e incomprensible.

¿Qué es una fotografía? ¿Es la realidad? ¿O es una representación? En las imágenes bidimensionales de un cubo sus ángulos son distintos, aunque en la realidad son iguales. Por causa de la perspectiva, los objetos lejanos se ven más pequeños. Por eso, la tridimensión es una observación engañosa de los sentidos.

No hay cuerpos tridimensionales. Todo cuerpo: el fotón, el átomo o las galaxias) tienen cuatro dimensiones espaciales, aunque estemos acostumbrados a pensarlos en tres). Si la cuarta dimensión no existiera, la física sería contradictoria y absurda.

La cuarta dimensión es la profundidad necesaria para entender los fenómenos. Un fotón no interactúa con cualquier electrón, sino con uno determinado. Si no fuese así, no existirían diferentes colores ni cuerpos transparentes, por ejemplo.

Para entender la cuarta dimensión debemos partir de un espacio tetradimensional (R4). Así entenderemos la observación relativa y contradictoria de la tridimensión (ilusoria, ficticia y engañosa). La realidad para todas las partículas y fenómenos es el espacio R4.

Tampoco partimos de una Tierra estática para entender el sistema solar.

Continuará…