Los anfibios

“Aarón extendió su brazo sobre las aguas de Egipto, y las ranas llegaron a cubrir todo el país” Éxodo 8:6 online.

A mediados de la primavera y durante todo el verano, al anochecer se puede escuchar un sonido muy particular. Según dónde vivas, escucharás el croar de ranas y sapos, especialmente después de una lluvia de verano. Aunque muchas personas los sienten repulsivos, los anfibios tienen características especiales. La Biblia señala que Egipto fue invadido por estas criaturas, consideradas sagradas por esa civilización.

Para comenzar, ranas y sapos son considerados anfibios, es decir, “ambos medios” o “ambas vidas”. Los anfibios son animales vertebrados anamniotas. Esto significa que, antes de nacer, no se desarrollan dentro del amnios, como los peces. También son poiquilotermos, ectotermos o “de sangre fría”, porque no pueden regular significativamente su temperatura corporal. Los anfibios experimentan una metamorfosis, es decir, un profundo cambio en su organismo. Su primera fase es larvaria y joven. En esa fase su respiración es branquial, en un ambiente acuático. Su segunda fase es adulta y en ella su respiración es pulmonar, y su hábitat es un ambiente semiterrestre.

Características de los anfibios

Por su parte, los científicos calculan que existen más de 6 mil especies de anfibios, repartidos en 60 familias. Tenemos los anuros, que carecen de cola, tienen miembros desiguales y una columna vertebral adaptada al salto. Entre ellos, los más conocidos son los sapos, ranas, escuerzos. Otra familia es la de los caudados, que tienen miembros iguales y cola, como las salamandras y los gimnofiones. Estos últimos también se los conoce como cecilias o ápodos y son excavadores sin patas. Su piel fina y húmeda les permite el intercambio gaseoso a través de toda su superficie. ¡Los gimnofiones respiran a través de su piel!

Es más, algunas especies de anfibios son capaces de adaptarse tanto al medio que pueden alterar el color de su piel. Esta pigmentación muy pronunciada, o aposematismo, es un mecanismo de defensa para evitar a los depredadores. Por otra parte, los ojos grandes y saltones de los anfibios los ayudan a ver mejor a sus presas. Su sistema digestivo se caracteriza por la escasez de dientes en su boca. Su lengua está adaptada para capturar insectos, babosas, gusanos y arañas. No obstante, en estado larvario se alimentan de vegetales.

Ahora bien, en cuanto a su reproducción, es mayoritariamente ovípara y de fecundación externa o interna. Las hembras poseen dos ovarios y los machos dos testículos. En la fecundación interna no presentan órganos copuladores. Los machos expulsan al exterior los espermatozoides ya encapsulados (espermatóforo), y las hembras pueden introducirlos en su cuerpo.

“Todo Egipto se infestó de ranas, ¡hasta las habitaciones de sus reyes!” Salmos 105:30 online.

La Biblia nos recuerda que los anfibios y otros animales e insectos fueron utilizados por Dios para enseñar una lección a Faraón, el líder de Egipto. Puedes leer la historia completa en los primeros capítulos del libro de Éxodo. Dios ha creado a estos maravillosos animales y conoce todas sus características y complejidad. Él mantiene el equilibrio, pero nosotros podemos colaborar en la protección de los seres vivos y el medio ambiente.