Los beneficios de las bacterias

Los beneficios de las bacterias

“Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a comprender la obra que Dios realiza de principio a fin” (Eclesiastés 3:11, NVI online).

¡Las bacterias tienen mala fama! En el área de la salud, se las suele asociar con procesos infecciosos y tóxicos. Sin embargo, cada vez más, la ciencia está comprobando que aún lo más pequeño de la Creación es muy complejo e intrincado. Ninguna forma de vida existe por casualidad y todo tiene sentido en la dinámica de los ambientes naturales.

La actividad bacteriana facilita la reutilización de la materia, combinada con los procesos químicos y biológicos necesarios para su desarrollo.

En la actualidad las bacterias se utilizan en muchas áreas de la actividad humana. A nivel industrial, forman parte de la producción de numerosos compuestos. Gran cantidad de sustancias químicas importantes como el alcohol etílico, el ácido acético y la acetona son producidos por bacterias específicas. También se emplean bacterias para el curtido del cuero, para el procesado del caucho, el algodón, etc. En la industria alimentaria, las bacterias, junto con los mohos y las levaduras, se emplean para la preparación de alimentos fermentados como el queso, la mantequilla, el vinagre y el yogur.

Además de formar parte de la producción de compuestos e intervenir en el fermento de alimentos, en las últimas décadas se las ha empleado para reparar daños ambientales. Por ejemplo, después del vertido de petróleo Exxon Valdez (1989) en las playas de Alaska, se utilizaron fertilizantes para hacer fructificar un cierto tipo de bacterias que permitieran la degradación del combustible.

En la naturaleza, las bacterias intervienen en diversos procesos. En el ciclo del nitrógeno las bacterias juegan un papel importante. Este elemento químico es un compuesto esencial para los seres vivos, ya que se encuentra en todas las proteínas y en el ADN. En la atmósfera, el nitrógeno existe como N2 gaseoso. Durante la fijación del nitrógeno, las bacterias son las encargadas de convertir el N2 en amoníaco. Mediante esta conversión, las plantas pueden utilizar el nitrógeno. Algunas de estas especies de bacterias fijadoras de nitrógeno viven libremente en el suelo o el agua, o en forma simbiótica dentro de las plantas. Luego que las moléculas nitrogenadas pasan a los animales, cuando estos ingieren las plantas, se excretan como desecho o se incorporan al organismo. Cuando los animales mueren, las bacterias convierten los compuestos nitrogenados, en amoníaco —NH3—, el cual es convertido posteriormente en nitritos y nitratos. Por último, los procariontes desnitrificantes convierten los nitratos en N2 gaseoso. De esta manera se cierra un ciclo perfecto en la organización de la creación.

En la actualidad, en la agricultura, se están utilizando los fertilizantes artificiales que contienen nitrógeno y fósforo para aumentar la producción de las cosechas por sus grandes beneficios. Sin embargo, en algunas zonas, el excedente de los fertilizantes al llegar a los ríos, lagos y arroyos, produce una proliferación de algas u otros microorganismos, ocasionando grandes desbalances ecológicos. Este aumento en la concentración de nutrientes, como nitratos y fosfatos se llama eutrofización. La eutrofización puede ocasionar a largo plazo zonas muertas en los ambientes acuáticos ya que al multiplicarse las algas que son grandes consumidoras de oxígeno, producen la reducción del oxígeno y, por consiguiente, la muerte de otros organismos vivos que no tienen la disponibilidad necesaria de este elemento químico.

  • Hagedorn S, K. B. (2006), “Microbial biocatalysis in the generation of flavor and fragance  chemicals”, en Rev Microbiol., 48:773-800.
  • Johnson M, L. J. (2006), “Major technological advances and trends in cheese”, en J Dairy Sci., 89 (4) 1174-8.