Qué está sucediendo con el mar

El mar es uno de los ecosistemas más estables de la Tierra, y se ha mantenido así por mucho tiempo. Pero ha sufrido más cambios en los últimos 200 años que en toda la historia de nuestro planeta.

El mar se está acidificando… El pH del mar de 8,4 ha cambiado a 8,3. Podrá parecer insignificante, pero veremos qué implica este cambio.

El factor contaminante es el CO2 proveniente de las fuentes de emisión de este gas, principalmente los sistemas industrializados. Sin embargo, ¿son los países desarrollados los únicos responsables? Lamentablemente no: cada individuo contribuye mediante su estilo de vida y sus acciones. Cada uno de nosotros deja una “huella” de carbono. y esa huella se ha ido incrementando cada vez más. Por ejemplo, dejar los dispositivos eléctricos conectados a la red aún cuando no los estamos utilizando (en modo stand by), no reciclar los materiales que desechamos, usar desmedidamente el agua potable, o hasta movilizarnos en vehículo motorizado aunque el viaje sea corto, todo esto y mucho más aumenta nuestra huella de carbono y finalmente contamina el planeta que vivimos.

Algunos creen todavía que como el mar es una masa enorme y casi infinita de agua, se regula a sí mismo y es capaz de “digerir” la contaminación. Si bien el mar puede absorber algo de contaminación, estamos llegando al límite muy rápidamente. Veamos qué implica la acidificación del mar.

¿Qué efecto tiene la acidificación?

  • Descompone la concha de animales marinos.

  • Desintegra los corales que son los filtradores del mar.

  • Aumenta la temperatura del mar, y también hace un efecto sinérgico con la acidez. La velocidad de desintegración de los esqueletos de animales marinos es más rápida.

  • Al cambiar la temperatura, se altera el equilibrio ambiental y las especies mueren.

  • Los peces marinos perderían el olfato, lo que impediría reconocer su alimento y evitar depredadores.

  • Si las especies marinas mueren también habrá hambre mundial.

  • El ciclo del C podría verse alterado.

  • El impacto ecológico aún es incierto, pero lo que se está viendo nos indica que es un problema tan alarmante como el cambio climático.

Corales desintegrándose

Corales desintegrándose

Corales “sanos”

Lamentablemente, las industrias cosmética y farmacéutica están aumentando la cantidad de productos cuya materia prima son las algas marinas. De seguir esta tendencia, nos quedaremos sin plantas acuáticas que realicen fotosíntesis, proceso en el cual se absorbe el CO2 y se libera O2 para la respiración de todos los seres vivos. La disminución de la biodiversidad en el mar traerá consecuencias en la tierra.

Si contemplásemos una ciudad inmersa en la basura, sin duda nos alarmaríamos y tomaríamos medidas para prevenir, neutralizar y solucionar el problema de la contaminación. Pero el CO2 es un enemigo invisible que aumenta cada día y no se observan medidas para combatir sus efectos en el mar o en la tierra.

Cuando Dios creó este planeta, lo hizo en 6 días: primero ordenó y separó los componentes, luego creó vegetales para el aporte de O2, fuente de alimento, materia prima, purificador del ambiente, termorregulador, la casa o el hábitat de seres vivos y para embellecimiento del ambiente también.  Formó seres que vivan sobre la tierra y en el mar y, otros que pudieran desplazarse por el aire… Finalmente, Dios concluye su obra creadora con Adán y Eva, los une en matrimonio y les da la bendición del descanso sabático: “Y vio Dios que todo lo que había hecho era bueno en gran manera” (Génesis 1:31 online).

Es decir, la biosfera funcionaba a la perfección, hasta que la humanidad decidió dejarlo afuera de su propia creación.  El pecado no solamente afectó a la esfera espiritual y moral del ser humano, también lo hizo en los aspectos físicos, mentales y relacionales.

El desequilibrio fatal de los seres vivos con su entorno también es causa del pecado. Desde ese entonces el problema ha ido aumentando gradualmente cada día, y hoy lo hace en progresión geométrica.

Sin embargo, aunque la humanidad debe hacer el mejor esfuerzo ecológico posible, la Biblia anuncia que Dios va a intervenir muy pronto para “…destruir a los que destruyen la tierra”. ¿Qué podemos y debemos hacer entonces? Abordaremos esta respuesta en otros artículos. Aunque sabemos que la solución a la acidificación de los océanos no es sencilla; tenemos que asumir nuestra responsabilidad al respecto, hasta que Dios intervenga.