¿Quieres ganar un Nobel?

“Así que sigo adelante, hacia la meta, para llevarme el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo” (Filipenses 3:14, Traducción en Lenguaje Actual online).

¿Has oído hablar de alguien que ganara un Premio Nobel? Conoce la historia de este famoso premio. Alfred Nobel (1833-1896) fue un ingeniero, químico y empresario sueco que inventó la dinamita. Durante su vida, Nobel vio su invento utilizado para allanar el camino para puentes, carreteras y túneles que conectaban a la gente. Lamentablemente, su invento también fue utilizado para la guerra.

Entristecido por el mal uso que los seres humanos dieron a su invento, Nobel redactó su testamento y dejó toda su herencia a una fundación que recompensaría con dinero las mejores invenciones y descubrimientos en favor de la humanidad. Y así se instituyó el Premio Nobel. Su testamento dice:

“Todo mi patrimonio debe ser tratado de la siguiente manera. El capital será invertido por mis ejecutores en valores seguros y debe constituir un fondo, la participación donde debe distribuirse anualmente en forma de prima a aquellos que, durante el año anterior, deberían haber conferido un gran beneficio a la humanidad”.

En su testamento, Nobel especificó quién recibiría el premio. Sería un destacado hombre o mujer en el área de la Física, la Química, la Fisiología o Medicina, la Literatura y la Paz. La Real Academia Sueca de Ciencias es responsable de nominar a los ganadores en las áreas de Física y Química. El Real Instituto Sueco de Medicina y Cirugía nomina al ganador en Fisiología y Medicina. Y el Parlamento noruego elige un grupo para los premios de Literatura y Paz.

Los ganadores reciben una medalla de oro, un diploma que reconoce el logro que han hecho y un premio en efectivo, equivalente a 400 mil dólares.

Pero el título más deseado por los ganadores es el reconocimiento en la ceremonia. Ser galardonado con este premio es lo máximo que una persona puede desear. Su entrega siempre tiene lugar el 10 de diciembre, fecha del cumpleaños de Nobel.

Muchos persiguen premios en este mundo, pero hay un mayor premio que se dará a todos los que deseen estar con Jesús en las mansiones celestiales. Una corona dorada espera a los redimidos cuando regrese nuestro Señor Jesucristo.