Superhumanos

“¡Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas y en cuyo corazón están tus caminos!” (Salmos 84:5, Reina-Valera 2015 online)

Aunque no seas un lector de cómics de superhéroes, es posible que, en algún momento, quisiste tener una gran fuerza para poder mover edificios y autos con una sola mano, y eso sería genial, ¿no?

Por supuesto que no existen superhumanos, porque hay leyes físicas, químicas y biológicas que nos impiden hacer tal esfuerzo. Entre los seres vivos, en cuanto a fuerza, el ser humano no está en la parte superior de la lista. Algunos dicen que ocuparíamos el sexto lugar como el más fuerte. Y eso es porque, cuando se trata de tamaño y fuerza, ser el más grande no siempre significa ser el más fuerte.

Cuando piensas en el animal más fuerte del mundo, podrías pensar en el elefante, o incluso en un rinoceronte, un oso tal vez o un gran león. Según los datos científicos, los tres animales más fuertes del mundo son muy pequeños. Se trata de un arácnido y dos insectos.

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Lasha Talakhadze en las Olimpíadas de Tokio 2020.

Así es, el animal más fuerte que tenemos en el reino animal es el ácaro, un ser diminuto que está presente en casi todas partes. Es tan pequeño que es microscópico, pero no te dejes engañar, puede resistir una fuerza de hasta 1.180 veces su peso. Si comparamos esa proporción con el ser humano, para ganarle al ácaro tendríamos que ser capaces de levantar ¡82 toneladas! (82 mil kilos).

El primer insecto en el podio de los tres animales más fuertes es el escarabajo. Aunque hay varias especies, según los científicos, este animal puede cargar hasta 1.141 veces su peso corporal. Otra vez, para ganarle al escarabajo, tendríamos que ser capaces de levantar ¡seis autobuses de dos pisos!

En tercer lugar, tenemos a la hormiga. Sí, las hormigas comunes pueden parecer insignificantes, ¡pero son capaces de levantar y transportar hacia su hormiguero objetos que pesan 50 veces más que ellas!

Lo que sorprende más a los científicos es que aún no se han descubierto los vínculos que podrían mostrar cómo evolucionaron estos seres. De hecho, todavía los eslabones evolutivos están perdidos y no aparecen. Todo lo que los evolucionistas tienen es una posible conjetura sobre cómo sucedió esto, pero de un registro fósil con evidencia de mecanismos cambiantes, nada.

Cuando Dios diseñó y creó a los animales, los dotó con la capacidad de adaptarse para sobrevivir. Pero que una hormiga pueda hacerse más fuerte para sobrevivir no confirma la teoría de que todos descendemos de un ser vivo primitivo aún más pequeño que la hormiga, que fue adaptándose y evolucionando, dando lugar a todas las especies de vida animal que existen en nuestro planeta.

Pero volviendo al superhombre, en los últimos tiempos el único capaz de parecerse un poco a las hormigas ha sido el georgiano Lasha Talakhadze, quien logró un triple récord mundial y fue oro en pesas en las Olimpíadas de Tokio 2020, después de levantar 265 kg. Pero eso solo sucedió porque este hombre entrenó toda su vida para poder levantar tanto peso. No es algo que nace con nosotros.

Los verdaderos superhombres son aquellos que reconocen que la victoria se consigue cooperando y confiando en Dios. No hay problema imposible de superar cuando tenemos la actitud correcta. La verdadera fuerza no proviene de levantar cosas pesadas, aunque entrenemos como Lasha. Medita en la historia de David y Goliat y lo entenderás.

A veces, cuando nos sentimos débiles, tenemos que recordar que Dios nos ofrece su fuerza y su poder. Al leer la Biblia y estudiar su obra en la naturaleza, podemos aprender a confiar en su plan para nuestra vida. Además, sus promesas son una gran fuerza, ¡más poderosa que la del ácaro! “Todo lo puedo en Cristo, que me fortalece” (Filipenses 4:13, versión Reina-Valera 2015 online).

Y tú, ¿has leído tu Biblia hoy?