Trabajo en equipo

“Mi Padre hasta ahora trabaja; también yo trabajo.” (Juan 5:17, Reina-Valera 2015 online)

¿Te gusta trabajar en equipo? ¿O participas de un equipo deportivo? Sin dudas, muchas de las conquistas del ser humano en el área de las ciencias no serían posibles sin el trabajo en equipos. ¿Sabías que los animales también trabajan en equipos para realizar sus tareas? Y algunos son muy ágiles en estos trabajos. Investigadores de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, después de muchos estudios, han llegado a la conclusión de que los elefantes son tan rápidos como los chimpancés en el trabajo en grupo y en la resolución de problemas.

Los elefantes no solo trabajan en grupos, sino que se ayudan unos a otros con las tareas diarias. Otro hallazgo es que parecen simpatizar con los problemas de los demás compañeros del grupo, lo que genera una colaboración muy sólida entre ellos. Los investigadores estaban encantados con la velocidad con la que aprenden las tareas de resolución de problemas. Toda esta acción siempre estuvo correlacionada con los monos para ver si había algún grado de eficiencia que pudiera diferenciarlos.

Al parecer, estos seres, al igual que otros, tienen inteligencia y emociones, realizando tareas grupales por empatía y con gran eficacia. Cada una de las tareas a las que estuvieron expuestos los elefantes representaba un desafío importante y complejo. Por eso, lo primero que evaluaron los científicos fue la inteligencia para procesar las tareas. Poco después, hubo una “conversación” del grupo para realizar la tarea, enseñándoles a todos cómo hacerlo; y poco después se llevó a cabo, en un fuerte trabajo en equipo.

Lo más interesante es que los monos suelen ser tomados como parientes cercanos de los seres humanos, olvidando que otros seres, como los elefantes y los delfines, entre otros, tienen una inteligencia que puede compararse y hasta superar a veces la de los simios.

Los evolucionistas sostienen que todas las especies, incluso el ser humano, provienen de formas básicas de vida y, con el paso de millones de años, llegaron a evolucionar y diferenciarse unas de otras. El cerebro de los seres humanos sería la obra maestra de la evolución; garantizando nuestra supervivencia por encima de todo lo demás.

Por otra parte, los creacionistas, entendemos que los delfines, los monos, los elefantes y el ser humano no tienen un ancestro común; sino un origen común: todos salimos de las manos del Dios Creador. Su firma está presente en cada detalle de la Creación.

Por eso, el verdadero trabajo en equipo es aquel que podemos realizar junto con nuestro Creador, reconociendo nuestro papel como criaturas. No somos dueños de la Tierra. Ni siquiera somos dueños de nuestra vida. Él nos invitó a colaborar como mayordomos del planeta, cuidando a los animales y utilizando prudentemente los recursos naturales. Dios el Padre, su Hijo Jesucristo y el Espíritu Santo trabajan constantemente en equipo. Y nos invitan a hacer lo mismo.

Entonces, ¿ya leíste tu Biblia hoy?