Cuando la evolución falla

Cuando la evolución falla

“Delante de él temblará la tierra y se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas perderán su resplandor.” Joel 2:10, versión RV 1995 online.

En un nuevo estudio de la NASA, los científicos se dieron cuenta de que las grandes y violentas tormentas solares podrían volar una gran cantidad de material de la superficie de la luna. Las misiones Apolo ya habían traído evidencia de esto, y ahora, a través de simulaciones por computadora, reuniendo todos estos datos, los científicos están simulando la tasa de erosión en la superficie lunar.

Lo que se descubrió fue que estas tormentas solares constantes están erosionando la superficie de la Luna e incluso, llegando a Marte, porque no tiene atmósfera capaz de protegerla. “Descubrimos que cuando esta enorme nube de plasma golpea la Luna, fácilmente elimina material volátil de la superficie”, dice William Farrell, uno de los involucrados en la investigación. “El modelo predice entre 100 y 200 toneladas de material lunar”.

Estas llamadas tormentas solares son gigantescas nubes de plasma y partículas cargadas (materia del Sol), que avanzan a través del espacio. En una fuerte tormenta, que es común, se puede tener fácilmente miles de millones de toneladas de plasma, viajando a una velocidad de 1,6 millones de km/h, con un tamaño de más de 4 planetas Tierra. Y así, avanza esta erosión afeitando la Luna, los planetas y asteroides circundantes, a un ritmo que asusta e intriga a los científicos.

Cuando la evolución falla

Bueno, vamos a ver la lógica de la situación. Si las tormentas solares están sacando constantemente material de la Luna por medio de gigantescas explosiones de plasma, ¿por qué todavía tenemos la Luna?

Imagina que estás quitando arena de una caja de arena, un poco cada día. Finalmente, en algún tiempo, no habrá más arena. Si alguien observara el tamaño de la caja, la cantidad de arena máxima que puede contener y cuánta arena quitas por día, podría estimar cuándo comenzaste a quitar arena de la caja.

Ahora, vayamos un poco más allá. Si la Tierra, que también recibe estas tormentas de plasma solar tanto como la Luna, supuestamente durante miles de millones de años, ¿por qué todavía tiene atmósfera?

Son preguntas cuyas respuestas no se han hallado, teniendo en cuenta el modelo de pensamiento evolucionista. Por otro lado, según lo informado por el físico Adauto Lourenao, en su libro Como Tudo Comesou (Editora Fiel, 2007, p. 185), las mediciones realizadas durante más de 140 años muestran que el campo magnético de la Tierra ha perdido, en este intervalo de tiempo, alrededor del 15% de su intensidad. Si extrapolamos este debilitamiento al pasado (durante unas pocas decenas de miles de años), tendríamos un planeta inhóspito, desprotegido, incapaz de albergar vida y muy similar a Marte.

Pero eso no sucede. Tú y yo seguimos aquí y respirando, ¿cómo es posible eso?

Tal vez el error es la lógica evolutiva. Si ubicas al Dios bíblico creando y ajustando las condiciones para la vida en la semana de la creación, con un Sol joven, todo se explica.

Te recomiendo una lectura de la Biblia para mejorar la “teoría”.

Piensa, ¿existe alguna manera de silenciar la evidencia que apunta a Dios en la naturaleza?