¿Personas ciegas que ven?

¿Personas ciegas que ven?

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“Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa” (Romanos 1:20, Nueva Versión Internacional online).

¿Qué opinas sobre la terquedad? ¿No es terrible? En el mundo científico, esto no es diferente. Muchas personas, incluidos los biólogos, deciden negar hechos comunes en la naturaleza. Los biólogos evolucionistas olvidan que hay evidencias de un diseño inteligente.

Muchos argumentan que el rechazo del darwinismo ocurre solo por parte de los religiosos. Pero la resistencia al darwinismo se produjo no solo en el mundo religioso (como podría esperarse), sino también en el mundo científico. Hubo muchos científicos que se opusieron a esta forma de pensar; personas con autoridad por causa de sus diplomas y cargos oficiales. La Sociedad Creacionista Brasilera ha editado un libro con investigadores que tratan del tema. En otra publicación, del periodista Michelson Borges, se entrevistó a los principales científicos en cuanto a sus opiniones sobre porqué se convirtieron en creacionistas.

Los evolucionistas dicen que tienen certeza cuando se trata de ciencia, porque creen que nadie puede discutir su teoría, ya que es totalmente aceptada. En términos generales, desde el lanzamiento del libro de Darwin la ciencia ha estado discutiendo sobre la evidencia disponible que se encuentra en la naturaleza. Esta posible certeza, en su versión, pudo haber ocurrido mientras la tecnología lo permitía, porque hoy, con súper microscopios que escanean cada parte de la célula, sabemos de la improbabilidad de que cada componente de esta haya aparecido al azar. Es la famosa “caja negra” de Darwin, algo que incluso los evolucionistas respetados saben que existe y respetan.

Lo que vemos es miopía científica; es decir, no querer ver lo que está frente a los ojos. Así que, un agradecimiento especial a los creacionistas, porque fueron estas personas, investigadores consistentes con la evidencia, quienes produjeron preguntas importantes, y quienes hicieron avanzar la ciencia.

Pero siempre tenemos los tercos, ¿no? ¿Quizás el amigo evolutivo podría explicar el origen de la vida a través de una sopa orgánica? Algo que ni los mejores evolucionistas han hecho hasta ahora. ¿O tal vez podría explicar la macroevolución, que argumenta que una especie, como un anfibio, por ejemplo, se ha convertido en un reptil; pero hasta ahora no se ha encontrado tal evidencia? ¿O tal vez pueda explicar cómo se ensambló una célula, tan compleja como es, parte por parte, durante millones de años, sin desestabilizarse física ni químicamente?

Seamos realistas, Einstein tenía razón: no es la ciencia en sí la maravilla, sino la capacidad de hacer preguntas. ¡Esta es la maravilla de la ciencia! Esta ciencia que los creacionistas defendemos, con su debido debate, de acuerdo con la evidencia.

Es maravilloso que cada día más y más evidencia obliga al evolucionismo a “menearse” en explicaciones de las más diversas, solo para dejar en claro que Dios es real; y la naturaleza grita todo el tiempo sobre su Diseñador.