Un peso sobre nuestra cabeza

“Crea en mí, oh Dios, un corazón puro y renueva un espíritu firme dentro de mí.” (Salmos 51:10, Reina-Valera 2015 online)

Responde rápido: ¿Qué prefieres cargar? ¿Un balde lleno de poliestireno o uno lleno de cemento?

Me imagino que optaste por uno lleno de poliestireno, ¿no es así? Los científicos tienen un nombre técnico para referirse a los objetos y elementos que nos rodean: la materia. Y cada materia tiene su particularidad y características propias. La materia está formada a su vez por moléculas. El cemento, por ejemplo, posee un tipo de configuración molecular diferente a la del poliestireno, lo que determina características y propiedades diferentes.

Y si vamos un paso más en el microscopio, comprobaremos que cada sustancia en el universo está formada por átomos, agrupados en moléculas. Entonces, la materia está formada por redes moleculares, compuestas por átomos. Y cada materia tiene sus propias características; ya sea cemento, poliestireno, o cualquier otra cosa.

La Luna influye sobre el estado de las mareas de la Tierra.

Cuando llenamos los baldes con esas sustancias, decimos que poseen una masa. La masa es una de esas características particulares de cada material. La fuerza de gravedad atrae la masa de cada objeto hacia el suelo, hacia el centro de la tierra. Ahora bien, como la masa del cemento es mayor que la del poliestireno; la gravedad de la tierra ejerce mucha más fuerza. Y esa sería la explicación científica de porqué el balde de cemento es más pesado que el de poliestireno.

La fuerza de gravedad es enorme y atrae todo lo que existe en este planeta. La misma Tierra (por tener más masa) atrae a la Luna. De la misma forma, nuestro Sol (por tener una masa mucho más grande que la Tierra) atrae a todos los planetas de nuestro sistema.

Por cierto, la Luna también atrae un poquito a la Tierra. Si ya fuiste a la playa, debes haber percibido que las ondas van y vienen. La marea se produce gracias a la atracción parcial que la Luna ejerce sobre la masa de agua de los océanos y lagos. Además, cuando el Sol, la Tierra y la Luna están alineados, tenemos una marea alta, y cuando eso no ocurre, tenemos una marea baja.

Si la fuerza de gravedad del Sol, la Tierra y la Luna es tan poderosa, ¡imagínate la fuerza de atracción que podría tener quien creó y ordenó todo el Universo! Al leer la Biblia descubrimos el infinito amor de Jesús por la humanidad. Él dijo: “Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo” (Juan 12:32, versión Reina-Valera 2015 online).

Entonces, ¿ya leíste tu Biblia hoy?