Caída de los dientes temporales

Caída de los dientes temporales

“Tú fuiste quien formó todo mi cuerpo; tú me formaste en el vientre de mi madre. Te alabo porque estoy maravillado, porque es maravilloso lo que has hecho. ¡De ello estoy bien convencido!” (Salmo 139:12-13, DHH versión online).

El cuerpo humano está diseñado en base a una estructura ósea. Su crecimiento y mineralización comienza en el desarrollo fetal y continúa a ritmos diferentes durante la infancia y adolescencia hasta alcanzar el umbral de masa ósea.

A medida que los huesos adoptan el tamaño y forma de la edad adulta, los dientes deben ser reemplazados por la dentadura definitiva. Si esto no ocurriera, el ser humano no podría ingerir adecuadamente los alimentos, los dientes quedarían notablemente separados y no estaría en condiciones de masticar correctamente.

El momento de exfoliación o caída de los dientes de leche, que son 20 piezas en total, suele comenzar alrededor de los cinco o seis años. Los dientes inferiores, que seguramente fueron los primeros en aparecer, serán los primeros en caer.

El recambio ocurre cuando el diente permanente, que está bajo la encía, empieza a presionar al diente temporal, desgastando sus raíces y ocasionando su caída. Durante el transcurso del cambio de dentadura, algunos dientes pueden salir torcidos, pero en la medida que se va desarrollando el hueso maxilofacial algunos se irán alineando. En el caso del primer molar definitivo, va a salir por detrás de las últimas muelas de leche sin sustituir ninguna pieza dental. Estas muelas no reemplazan a ninguna otra, sino que ocupan el espacio libre que hay detrás de los segundos molares.

No todos los dientes se caen en el mismo momento; primero los incisivos centrales, luego los incisivos laterales, los molares y los caninos. Estos son unos de los últimos en caer, antes de los terceros molares, ya que mantienen la forma de los labios y guían la posición de los dientes restantes. De esta manera, la renovación de los dientes estará perfectamente diseñada. Al renovarse la dentadura temporal, el humano podrá seguir alimentándose y conservando la estructura en óptimas condiciones.

En la adultez, el ser humano tendrá un total de 32 dientes definitivos: 8 incisivos, 4 caninos, 8 premolares y 12 molares (incluyendo las muelas de juicio). Será indispensable tener cuidado de los dientes permanentes, dado que no se reemplazan y es de vital importancia conservarlos en el mejor estado durante toda la vida.

“Yo también os he dado dientes limpios en todas vuestras ciudades, y falta de pan en todos vuestros lugares; pero no os habéis vuelto a mí —declara el Señor” (Amós 4:6, LBLA versión online). Nuestro Creador nos ha dado buenos dientes para alimentarnos y vivir plenamente, debemos siempre estar agradecidos por sus misericordias y agradecer el pan de cada día.