De dónde viene el arcoíris

“Y Dios añadió: «Esta es la señal del pacto que establezco para siempre con ustedes y con todos los seres vivientes que los acompañan: He colocado mi arco iris en las nubes, el cual servirá como señal de mi pacto con la tierra. Cuando yo cubra la tierra de nubes, y en ellas aparezca el arco iris, me acordaré del pacto que he establecido con ustedes y con todos los seres vivientes. Nunca más las aguas se convertirán en un diluvio para destruir a todos los mortales”. Génesis 9:12-15, NVI online.

¿Notaste que el arcoíris aparece en el cielo de la nada, y de la misma forma desaparece? Es un fenómeno muy bonito de ver, ¿no? La forma en que los colores parecen combinarse en un arco que atraviesa el cielo brinda un espectáculo maravilloso y único.

En realidad, la explicación científica de su aparición es un modelo matemático muy complicado. Los colores forman un arco siempre saliendo del rojo, luego el anaranjado, el amarillo, el verde, el azul y los tonos de violeta. Son 7 los colores del arcoíris, como 7 son los días de la semana, como 7 son las notas musicales.

Para construirlo, es necesario que haya gotitas muy pequeñas de agua dispersas en el aire. Luego, es necesario que haya suficiente luz y, por supuesto, ¡alguien para admirarlo! Todos los elementos necesitan estar en la posición y momento adecuados para formar el arcoíris.

El sol necesita estar bajo en el horizonte, pues así la luz blanca viaja mucho por la atmósfera y se descompone en franjas. Allí entran en acción las partículas de agua, que ayudan a separar la luz blanca como si fuera un prisma, en franjas o frecuencias. Y así podrás ver los colores que forman el arcoíris.

La Biblia relata que los primeros que presenciaron la formación del arcoíris fueron Noé y su familia. Antes del diluvio nunca había llovido y, por lo tanto, no se habían dado las condiciones físicas para la formación del arcoíris. Una especie de rocío cubría la tierra, y nadie había visto llover antes del diluvio. A causa de la maldad de los seres humanos, Dios decidió destruir el mundo antiguo por medio del agua del diluvio.

Sin embargo, cuando el diluvio pasó, el arcoíris apareció como señal de que Dios nunca más destruiría el planeta mediante una inundación. Ahora estamos esperando una nueva intervención de Dios, pero esta vez será el Salvador Jesús quien aparecerá en las nubes, rodeado de un arcoíris glorioso.

Por eso, debemos prepararnos para estar listos para ese gran momento.

Te invito a seguir descubriendo las obras de este Dios maravilloso.

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