La adolescencia es una etapa de cambios, ajustes y vicisitudes que hay que aprender a sobrellevar. Se presentan muchas alteraciones físicas, psicológicas y sociales con sus consecuencias.

Los cambios físicos pueden aparecer acompañados de una de las afecciones más frecuentes en el mundo entero: el acné. Los estudios demuestran que afecta entre un 60% y 80% a los varones y lo padecen entre el 30% y 50% de las mujeres adolescentes.

Se ha determinado que la causa del acné es de origen bacteriano. En 2014 se realizó un Consenso Iberolatinoamericano sobre el acné y se lo clasificó de acuerdo a sus características:

Existen tratamientos para el acné inflamatorio e infeccioso y hay una notable resistencia al uso de antibióticos por las irritaciones que causan.

Las industrias farmacéuticas analizan los aceites esenciales de las plantas aromáticas y medicinales, porque en ellas hay principios activos antimicrobianos que podrían ayudar a tratarlo. El orégano es una de estas plantas. De ella se pueden obtener aceites medicinales, según una investigación de la Universidad de Cartagena. De otras plantas aromáticas se podrían extraer iguales beneficios.

Una vez más, la ciencia descubre y comprueba que el plan de Dios es mejor: llevar un estilo de vida sano y aprovechar las propiedades curativas de la naturaleza es “perfecto y bueno en gran manera”.