El reloj biológico

“Si estoy acostado, digo: ‘¿Cuándo me levantaré?’ Y por la noche me colmo de inquietudes hasta el alba…” (Job 7:4, Reina-Valera 2015 online)

Quizás nunca te preguntaste por qué las personas nos levantamos por la mañana y nos acostamos por la noche a descansar. La mayoría de los animales, entre ellos nuestras mascotas caninas, las aves canoras y algunos insectos también tienen esa costumbre. Y este ciclo de actividad diurna y descanso nocturno se repite interminablemente, ¿no es así?

Sin embargo, debes saber que algunos animales, y hasta algunas mascotas, tienen hábitos nocturnos. Por ejemplo, los felinos (gatos), los murciélagos, algunos insectos (los mosquitos) y algunas aves (búhos). Sus principales actividades se desarrollan durante la noche. De esa forma, mientras dormimos, estos animales consiguen cazar… ¡o picarnos!

Reloj biológico

El ritmo circadiano es un reloj biológico muy complejo.

Los animales de hábitos nocturnos duermen durante el día. Pero cuando el sol se pone, salen de sus madrigueras y nidos en procura de alimento y agua. Sin embargo, nosotros no somos así. Y la razón para esta conducta diurna es el famoso reloj biológico, un mecanismo interno que determina gran parte de nuestro comportamiento. Ese reloj incorporado en nuestro organismo nos ayuda a mantener hábitos, como las horas de sueño, las horas para levantarnos y estar despiertos, o alimentarnos, entre otros.

Todos los seres vivos necesitan un período de sueño o descanso. Ese es el momento para que el cuerpo restaure sus células y efectúe una limpieza en su sistema. La cronobiología es la ciencia encargada de estudiar las características del reloj biológico de los seres vivos. Esta ciencia analiza los ritmos biológicos, la relación que poseen con el ambiente, y cómo reacciona el organismo ante las actividades del día y de la noche. Los cronobiólogos documentan y analizan los datos para comprender mejor la verdadera naturaleza de la maquinaria humana.

Varios investigadores percibieron un hecho muy importante en el estudio de la cronobiología humana: la presencia de un ciclo de siete días, no solamente en los seres humanos, sino en todos los animales. Es decir, la semana pareciera estar incorporada a nuestro reloj biológico y a nuestro ADN.

Pero el ciclo semanal presenta un problema para los científicos evolucionistas, que creen que el reloj biológico es algo surgido y transmitido de un ser vivo a otro, a lo largo de millones de años. Cambiar el ciclo biológico marcado por ese reloj es muy complejo y arriesgado. Algunos científicos franceses hicieron el intento. Propusieron cambiar el ciclo semanal de siete días por uno de diez días. Otros científicos rusos de la antigua Unión Soviética habían intentado con un ciclo de cinco días. ¿Y qué sucedió?

Ambos grupos notaron que era imposible cambiar el ciclo semanal de siete días, porque no parecía ser un número arbitrario, sino que estaba incorporado en el reloj biológico interno.

Pero hay más descubrimientos asombrosos en relación al reloj biológico. Por ejemplo, nuestro ritmo diario es conocido como el ciclo cicardiano. Y un conjunto de siete ciclos circadianos se llama ciclo circaseptano. Ambos ciclos gobiernan ciertas funciones biológicas básicas, como el descanso. ¿No es asombroso?

Al estudiar nuestro reloj biológico, los científicos descubrieron que las personas en desarrollo deberían dormir al menos 8 horas durante la noche. Y también descubrieron que si respetamos el ciclo que marca nuestro reloj biológico, podremos vivir más años y mejor.

Entonces, nuevamente surge la pregunta: ¿Cómo llegó a existir este mecanismo del reloj biológico? Si esta función fue incorporándose de a poco en los seres humanos, durante millones de años, ¿cómo hacían los antepasados para regular su vida y sus actividades? Parece que un reloj biológico es un mecanismo tan complejo que no podría comenzar a funcionar parcialmente. O viene incorporado de fábrica o no sirve para nada.

¿Has visto cómo funcionan las fotocélulas? Son mecanismos inventados y desarrollados por el ser humano imitando un poco las funciones del reloj biológico. Cuando la fotocélula recibe la luz del sol y del ambiente, da la orden para desconectar automáticamente la energía de iluminación nocturna de un jardín; por ejemplo. Y viceversa; cuando el sol se oculta, la fotocélula capta la falta de luz solar y conecta automáticamente la luz artificial. Por lo tanto, se vuelve difícil aceptar que un ciclo tan importante para la salud de los seres vivos haya sido obra de la casualidad. ¡Sería como afirmar que la fotocélula surgió espontáneamente!

La Biblia afirma que Dios creó todo en el principio y ordenó los ciclos circadiano y circaseptano. El primero está determinado por “tarde y mañana; un día”. Y el segundo está determinado por el séptimo día, el sábado. En ese día, al fin de la semana de la Creación, Dios descansó. El Creador incorporó en nuestro organismo su propio reloj biológico desde el principio. Así que el próximo viernes de tarde, recuerda: al bajar el sol, tu reloj biológico indicará que se ha completado la semana, tal como Dios determinó en el principio.

Entonces, ¿ya leíste la Biblia hoy?