Los microorganismos y el hombre

Los microorganismos y el hombre

“Siempre que ustedes coman o beban, o hagan cualquier otra cosa, háganlo para honrar a Dios” (1 Corintios 10:31, versión TLA online).

Todos los días, nuestro cuerpo convive con millones de microorganismos. Expertos afirman que en nuestra boca hay entre 10 y 100 millones de bacterias por milímetro cuadrado. Esta microbiota está compuesta por más de 700 especies de bacterias que forman un auténtico ecosistema.

¿Sabías que por cada célula humana con ADN hay diez microorganismos? Así indican los cálculos estadísticos de los expertos.

¿Será bueno tener tanta cantidad de bacterias en nuestro cuerpo? La respuesta es afirmativa. Muchas veces tenemos la idea de que todas las bacterias son perjudiciales para nuestra salud, pero no es así. Si en el interior de nuestro organismo no contáramos con este ejército de bacterias, estaríamos mucho más expuestos a enfermedades infecciosas.

Las bacterias no solo intervienen en las infecciones, existen algunas que producen óxido nítrico que actúa como vasodilatador y regula la tensión sanguínea.

Otros órganos donde se alojan las bacterias en el cuerpo son el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso (colon), la piel y la vagina.

En el interior intestinal se encuentra la mayor cantidad de “bacterias saludables” del cuerpo humano. Mantienen el sistema digestivo en óptimas condiciones y participan en la digestión de los alimentos.

La mezcla bacteriana de cada ser humano es semejante a una huella dactilar.

Cuando tomamos antibióticos o empleamos antisépticos sin restricción, destruimos el equilibrio de la microbiota y se deja lugar a que actúen los patógenos oportunistas. Por ello, para reducir el consumo de fármacos es recomendable alimentarse de forma equilibrada y variada, incluyendo los antibióticos naturales como el ajo y la cebolla. El ajo es el antibiótico natural más potente y acaba con las infecciones, no solo bacterianas sino también virales y fúngicas.

Dios nos regaló una maravillosa obra de ingeniería, nuestro cuerpo. Es nuestra responsabilidad cuidar y conservar sus órganos y funciones de la mejor manera como muestra de gratitud al Creador por sus cuidados y amor inmerecido.