Tecnologías que imitan el trabajo de las neuronas

Tecnologías que imitan el trabajo de las neuronas

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8, versión RV60 online).

¿Te has puesto a pensar cuántas funciones realizas simultáneamente cuando, por ejemplo, sales a andar en bicicleta por el parque? ¿O cuántos colores, sonidos, perfumes y texturas percibes al mismo tiempo al contemplar un bello paisaje?

Estudios de National Geographic han demostrado que el cerebro está conectado por más de 160.000 kilómetros de fibras. Si pudiésemos ensamblarlas todas para formar una sola, su longitud podría rodear cuatro veces la circunferencia de la Tierra.

Por más que los avances tecnológicos lo hayan querido imitar, nada se iguala al complejo funcionamiento de nuestro sistema nervioso central.

Tradicionalmente, las computadoras realizaban un trabajo lineal: se les cargaba información en forma de programa o instrucciones que se trasladaban de un lugar a otro por medio de impulsos eléctricos y compuertas lógicas. El procesador central recibía la información almacenada en los chips de memoria a través de una red troncal (bus). Pero en la actualidad, las tecnologías neuromórficas están intentando imitar el funcionamiento y la arquitectura del cerebro humano combinando los sectores de almacenamiento con los del procesamiento de datos.

Algunos científicos afirman que con las computadoras neuromórficas se podría anticipar eventos futuros por medio de la llamada inteligencia artificial y el análisis big data. Estos adelantos permitirán a las computadoras aproximarse a la función cerebral humana de aprender.

Tecnologías que imitan el trabajo de las neuronas

Un ejemplo notable de esta nueva tecnología es el chip presentado en el Congreso Iberoamericano de Agroingeniería en 2019, que se encarga de procesar 2100 aceitunas por minuto, con una efectividad del 98% cuando, en sus comienzos, solamente procesaba 220 aceitunas por minuto.

Sin embargo, no podemos dejar de lado el hecho de que, por mucho que las computadoras traten de imitar o incluso hayan superado algunas capacidades del ser humano, están lejos de poder sentir, comprender, crear y meditar como nuestro cerebro.